lunes, 15 de diciembre de 2008

El coaching en el rugby


El siguiente es un articulo hecho llegar a nosotros por Jon Reca del Club Atlético San Isidro, actualmente radicado en Barcelona a quien mucho agradecemos por su aporte al Blog.


PREPARADOS, LISTOS... A COCINAR !
Relacionar un programa de TV como “Preparados, listos… a cocinar!” con el coaching de rugby puede parecer un poco exagerado. Sin embargo creo que podemos aprender más cosas ahí de lo que imaginamos. En el programa, dos Chefs compiten entre sí en un limitado espacio de tiempo para crear los mejores platos que puedan, a partir de ingredientes que les serán revelados justo en el último momento. Cuando las bolsas rebosantes de materiales crudos son volcadas sobre la mesada, cada Chef dispone de breves momentos para examinar los contenidos antes de decidir lo que va a elaborar con ellos. Cuanto estos talentosos y creativos Chefs describen sus primeras incursiones en la cocina, a menudo dicen haber estado “fascinados” en los primeros tiempos, de “disfrutar” trabajando con los alimentos e ingredientes y del “amor” por “crear algo con sus propias manos”… Naturalmente, llegados a un cierto nivel, su pasión fue conducida hacia líneas más regladas; bien sea por entrenamiento formal o por a rigurosa disciplina que significa trabajar en el ambiente de un restaurante – de todas maneras, lo importante es que el propósito de éste trabajo técnico fue de alimentar la “chispa” que ya traían consigo mismos.

Semejante tipo de entrenamiento realza la pasión y comprensión del aprendiz en lugar de reemplazarla. Deduzco esto como la esencia del desarrollo efectivo – una verdadera destreza es mucho más que una mera habilidad técnica. Cuando los Chefs, arriba mencionados, ven el desafío planteado por los ingredientes revelados; ven posibilidades y potencial, en vez de maldecir su suerte por no poder continuar con una receta preestablecida. Su calmada reacción ante las circunstancias imprevistas está basada en el reconocimiento de los Principios de la Cocina – los conceptos de su disciplina los guían a través de situaciones que, a pesar de no haber sido practicadas directamente con anterioridad, se remontan atrás hacia una comprensión de “lo que aquí podría funcionar bien es….”Personifican una mentalidad de abundancia, enfocada hacia lo disponible en el momento preciso; como opuesto a lamentarse en el “Aah!.. si hubiese tenido tal o cual ingrediente, hubiese sido perfecto…”Es interesante destacar que el método inicial para el desarrollo del innato interés que tienen los jugadores en el juego del rugby está excesivamente enfocado en el desarrollo de habilidades técnicas. Desafortunadamente, muchos coaches y educadores, particularmente en las etapas cruciales del desarrollo de niños y adolescentes; consideran que su rol debe ser el de un instructor con responsabilidad para corregir faltas.
Este fallo, para nutrir la comprensión real del juego, puede conducirnos hacia robóticas y estériles actuaciones que caracterizan muchos partidos que podemos apreciar en la actualidad – una cadena de producción de fases sin producción real y poca evidencia de que los jugadores involucrados posean la habilidad (como nuestros Chefs) para ver y reaccionar ante lo que tienen por delante, y hacer lo mejor con lo que tienen. Demasiados coaches y educadores enfocan la atención de sus jugadores hacia los detalles: los factores clave de una receta rígida donde, si todo está medido al milímetro, el resultado es siempre predecible… Con demasiada frecuencia, los jugadores son condicionados a ‘hacer correctamente la cosa’ en oposición a ‘hacer la cosa correcta’. Temo que todos nuestros ejercicios, patrones, cantos de jugadas y competencias técnicas tal vez estén simplemente suministrando una elaborada guarnición…¡para un pescado podrido!
Imaginen jugadores que comprendan no sólo las llamadas si no también el concepto, que trabajen en los Principios más que con los patrones; y que vean oportunidades potenciales en vez de escasez. Es la diferencia entre ‘conjurar algo de la nada’ y medir ingredientes específicos en cantidades precisas para un resultado predeterminado. Debo dejar aclarado que nada de lo mencionado tiene la menor intención de tirar el trabajo técnico por la ventana. Meramente sugiero que si la educación del jugador está basada sólo en la ejecución precisa de patrones de movimiento, entonces es altamente probable que:

a) cuando se encuentren en situaciones en que existen más de una opción disponible se inclinarán, a pesar de todo, con lo ya ensayado.

b) el éxito estará basado en la ejecución perfecta, en vez del efecto causado en la posición. c) cuando enfrentados a desafíos imprevistos, ellos intentarán ‘aferrarse a la recetas’

d) los análisis de actuación se enfocarán en el cómo y en el qué se hizo… en lugar de al porqué lo estamos haciendo.
Siempre me fascinó observar equipos jugando a los juegos espontáneos y con “chispa” que evolucionan antes del comienzo de los entrenamientos. Mientras el coach va colocando uno a uno los conos de colores, sacos y escudos; los jugadores despliegan una libertad e inaudita creatividad no vista en los partidos “reales”. Hay una exploración colectiva a medida que cada situación se desarrolla, con compañeros de equipo que se animan unos a otros para atacar el espacio, mover la pelota y aprovechar la ocasión para ‘mandarse’… ¿Nunca vistes a tu pilar hacer un pase revertido por su espalda al segunda línea, que a su vez deja un pase por detrás del hombro para su medio scrum que corre y hace try bajo los palos?
Observe estos juegos anteriores al entrenamiento, ¡y lo verá todo el tiempo! En esta atmósfera todo está encendido y cualquiera puede hacer que sucedan cosas porque, fundamentalmente, sea éste un grupo menores de 8 años o la selección nacional… ¡a los jugadores les encanta jugar !En tales momentos, el rugby es menos acerca de ejercicios aprendidos o jugadas cantadas y más acerca del juego en sí mismo… correr hacia delante, atacando el espacio y pasando a los apoyos. Observe cuando el coach hace sonar el silbato, la risa de los jugadores se esfuma de repente y comienzan al trote lento para empezar el ejercicio de ruck – “…Se acabó la fiesta muchachos: ¡ es hora de entrenar”Por supuesto que el negocio del rugby puede ser muy serio – en el juego profesional, ambos costes y beneficios, son enormes; y aún a nivel amateur el juego puede sufrir irreparablemente si un club pierde demasiados partidos y la gente local comienza a desplazarse hacia otros lugares. De todos modos sugiero que son éstos, elementos claves del juego, exploración, riesgo y libertad; los que sostienen la clave para el futuro atrayente del rugby como deporte, y por extensión, buen negocio comercial. Con tantos intereses en juego, la tendencia corriente en el rugby es cometer el mínimo de errores posibles y arriesgar también lo mínimo posible. Un conjunto impresionante de especialistas son reclutados para asegurar que los jugadores estén técnica y físicamente a punto, con cada faceta medida y dividida, programada y decidida. Hay como una adhesión casi religiosa hacia las jugadas pre-establecidas, que han sido grabadas en el alma de los jugadores en un pacto colectivo de ‘adhesión al plan de juego’. En estas situaciones, parece haber poco lugar para la libertad de los juegos espontáneos; sin embargo creo que alguna forma de equilibrio es absolutamente vital y necesario. Si los jugadores entienden el rugby sólo mediante las rutinas y sistemas establecidos, estarán mal equipados para encontrar su camino en las siempre movedizas arenas que algunos oponentes les pondrán por delante. Por esto creo que estamos en peligro de desarrollar jugadores que son muy buenos en DUPLICAR patrones, pero muy mediocres en NAVEGAR alrededor de los problemas.Recientemente, conversando acerca de éste tema con unos “colegas”, les hice la siguiente pregunta: ¿Si fuera usted a hacerse cargo de un equipo que desconoce pero que tuviese que salir a jugar a la cancha en diez minutos, qué clase de cosas les diría en los pocos minutos disponibles que le quedan en el vestuario? - Ninguna respondió que les hablaría a nivel técnico. Nadie les diría: “lleven la pelota en dos manos”, “miren al blanco” y “acompañen el pase con brazos, muñecas y los dedos extendidos”… En cambio, acordamos que dado el limitado tiempo e información disponible deberíamos hablar a los jugadores en términos de conceptos amplios – ‘intentemos seguir yendo hacia delante’… ‘apoyémonos unos a otros más de cerca o busquemos una posesión más controlada’…Idealmente, en sus intentos para lograr alcanzar estas cosas, los jugadores también demostrarán precisión técnica. Sin embargo, enfatizando la esencia de nuestra deseada performance en lugar del detalle, cada jugador entra en la cancha con los PRINCIPIOS Y CONCEPTOS DEL JUEGO actuando como balizas guía o referencias; en vez de estar echando vistazos a lo largo de una ruta pre-planificada. Por supuesto que éste es un ejemplo extremo, pero de todas maneras me da la impresión que existe bastante discrepancia entre la cantidad de trabajo que un coach realiza a lo largo de la temporada para desarrollar la comprensión de los Principios y Conceptos del juego en los jugadores, y de cuánto énfasis pondrían en estas cosas si solo tuviesen unos pocos minutos para discutir de lo que el juego realmente trata.

Me propuse en este artículo destacar las trampas y dificultades de una obsesión con el detalle técnico, y con la desatención y negligencia hacia la Comprensión Conceptual del juego. Haciendo esto creo que estamos apagando la “chispa” en nuestros jugadores, negándoles la oportunidad de explorar realmente el juego. Debemos reconocer la diferencia fundamental entre, por un lado, delegar responsabilidades en los jugadores para que actúen; y por otro, POTENCIARLOS para que jueguen.

Tal reconocimiento implica alejarse de la experiencia centrada en el coach, inclinándose más hacia una centrada en el jugador. Nuestros jugadores podrían ser más parecidos a los Chefs del programa “Preparados, listos…¡ a cocinar!” si los coaches y educadores pusiesen por un momento la vista más allá de los ejercicios y técnicas, concentrándose más en jugadores pensantes que jugadores actuantes. Cada jugador ingresa en el juego con una idea acerca de cómo pueden ir las cosas – su mente repleta de llamadas, patrones y técnicas que funcionarán si todo está planificado. Es cómo se las arreglan frente a lo imprevisto lo que distingue a los grandes jugadores (y coaches) de los demás.Cuando la bolsa repleta es volcada y una palta cae rodando sobre la mesada… los Chefs miran, sonríen y se ponen a trabajar.

Colin MoranOficial de Desarrollo IRFU
- Unión Irlandesa de Rugby 2005 -

Traducción y adaptación: JON RECA

miércoles, 10 de diciembre de 2008

PLAN DE JUEGO




Desde hace ya unos años se instalo dentro de la planificación rugby para las divisiones superiores y para algunas de las juveniles, la idea de realizar un plan de juego. El articulo que sigue es una idea de cómo cada entrenador puede comenzar a realizar su propio plan de juego. Los planes de juego se utilizan en equipos superiores pero, no quita que algunos de los conceptos aquí vertidos, sirvan para los equipos juveniles.-


• El Plan de Juego describe lo que un equipo debe lograr en un partido.

• Sus divisiones en un Plan de Juego de Ataque y un Plan de Juego Defensivo hace que el Plan de Juego tenga consistencia con el Perfil de Equipo porque ambos están basados en los Principios del Juego y para mayor detalle los Principios de Identidades del Rugby.

• El Plan de Juego de Ataque puede subdividirse más adelante. Puede basarse en posiciones en el campo o en posiciones de la oposición en un momento particular en el partido.

• El Plan de Juego que se basa en la posición del equipo en el campo puede basarse en zonas del campo o carriles (o canales) a través del campo.

• El Plan de Juego basado en la posición de la oposición puede dividirse en las decisiones que se toman si la oposición está agrupada y aquellas tomadas si la oposición está dispersa, por ejemplo: el grupo de jugadores en, ambos, scrums y lineouts puede derivar en una ataque que se desenvuelva a lo ancho del campo. Si, sin embargo la defensa está delgadamente esparcida a través del campo, el ataque puede ser una carga a un punto de la defensa.

• El Plan de Juego debe ser simple y conciso proveyendo a los jugadores con un enfoque, un propósito común.


Explicación

El “¿QUE?” no el “¿COMO?”

La pregunta clave que se debe hacer cuando se prepara un Plan de Juego es:

“¿Qué es lo que queremos lograr?”

Es importante poner el foco en que es lo que se quiere alcanzar en vez de como es que lo va a lograr por dos razones.

La primera es que si el foco se pone en la meta resultante, es decir el Plan de Juego, los jugadores tienen un en foco común. En tanto sepan lo que el equipo debe lograr podrán utilizar su iniciativa para alcanzarlo. Esto obviamente variará con la madurez de los jugadores. Se debe esperar menos de jugadores menos experimentados.

En segundo lugar, los métodos a utilizarse para alcanzar el Plan de Juego pueden aprenderse practicando. El jugador puede aprender los métodos haciéndolos físicamente en las prácticas, son conductas adquiridas y no deben aprebderse de memoria. En consecuencia es importante simplificar el proceso separándolo en dos, es decir, qué debe alcanzarse (El Plan de Juego) y como debe alcanzarse (los métodos).

El Plan de Juego debe diseñarse en detalle ya que si los jugadores van a utilizarlo para enfocar sus esfuerzos combinados debe expresarse en forma concisa y simple. Esto es porque bajo la presión de un partido el coach querrá que sea el foco de sus esfuerzos combinados.

Los mejores Planes de Juego son los más simples.

Los coaches hacen que sus jugadores sean dependientes de ellos si solo les dicen como deben hacer algo. Los coaches alientan la iniciativa de los jugadores si les hacen saber lo que quieren y les permiten hacer su aporte para lograrlo.

Tipos de Plan de Juego

Pocos Planes de Juego son lo suficientemente amplios para cubrir todos los aspectos del juego. Dividiendo el Plan de Juego en un Plan de Juego de ataque y un Plan de Juego de defensa, el Plan de Juego es más comprensible.

Planes de Juego de Ataque

Un Plan de Juego de Ataque puede ser posteriormente subdividido. Esto puede basarse en un número de variables, dos de las cuales se usarán a modo de ejemplo. La primera será la división basada en la posición en el campo, la segunda se basa en la posición de los jugadores oponentes.

Planes de Juego de Ataque por Posición en el Campo

Planes de Juego basados en Zonas

El campo de juego se divide en zonas mediante la línea de goal, la línea de 22 metros, la línea de 10 metros, y la línea de mitad de cancha. Estas zonas proveen áreas del campo fácilmente identificables para desarrollar un Plan de Juego.

La Ley que permite que la pelota sea pateada directamente al touch entre la propia línea de goal y la de 22 metros es la base del Plan de Juego en esta área.

En la otra punta del campo, es decir, entre la línea de goal de ataque y la línea de 22 metros, el Plan de Juego está determinado por dos factores. El primero es la Ley: “úsela o piérdala”. Tal como se aplica a mauls tiene implicancias para un Plan de Juego en esta zona. El segundo es la proximidad de la Línea de goal de Ataque lo que limita las opciones de puntapiés tal como lo hace la Ley de “Mark”.

El área entre las dos mencionadas es la tercera área. Pueden utilizarse posteriores sub-divisiones de todos modos estos tres son puntos de arranque.

Planes de Juego basados en Carriles

El Rugby es un juego en el cual la pelota se mueve a través del campo para crear espacios para que el portador de la pelota pueda avanzar. Esto es porque moviendo la pelota desde un área congestionada alrededor de scrums, lineouts, rucks y mauls a través del campo habrá menos jugadores oponentes y los espacios entre ellos serán mayores. Por eso será más fácil moverse hacia adelante.

Mientras se pueden utilizar carriles para otros Primcipios del Juego dentro del Plan de Juego de Ataque (Posesión, Avance, Apoyo y Presión) en este ejemplo se aplicará a la continuidad. En particular se aplicará para su uso en rucks y mauls.

Si un equipo continúa pasando la pelota de la izquierda a la derecha en cada fase sucesiva del juego, finalmente terminará sin espacio cuando alcance la línea de touch.

En la medida que haya suficiente espacio para mover la pelota de izquierda a derecha lejos de los oponentes, se querrá liberar la pelota rápidamente. Esto impedirá que el equipo oponente se reagrupe.

Por otro lado a medida que se acercan a la línea de touch derecha para mover la pelota nuevamente tendrán que pasar la pelota de derecha a izquierda. Si hacen esto demasiado rápidamente los oponentes aún estarán en el espacio en el que ellos quieren avanzar.

Para alcanzar el resultado el equipo puede basar su Plan de Juego en carriles a través del campo. Las líneas del campo que demarcan carriles son la línea de touch, la línea de 5 metros, y la línea de 15 metros. Se va a ignorar ahora la línea de 5 metros ya que el espacio entre ella y la línea de touch es tan insignificante que resulta de poca importancia.

En consecuencia tenemos tres zonas, dos en ambos lados del campo entre la línea de touch y la línea de 15 metros y la tercera, entre las líneas de 15 metros. Cuando un equipo está entre la línea de 15 metros y la línea de touch no tendrá espacio suficiente para ir de izquierda a derecha nuevamente. Se deberá crear un movimiento de avance en este carril para atraer oponentes hacia él. Esto permitirá crear espacio para poder mover la pelota de derecha a izquierda.

Para lograr esto manteniendo la continuidad en el juego, el mejor método es el de crear un maul. De modo que el Plan de Juego para este carril será el de hacer un maul para la segunda fase del juego.

En el juego de segunda fase en el espacio entre las líneas de 15 metros a traves del campo, será posible continuar el movimiento de izquierda a derecha. El juego de segunda fase en el carril debe contemplar entregar la pelota rápidamente para impedir que los oponentes se reagrupen. Esto se logra ruckeando, entonces esta zona, es decir, entre las líneas de 15 metros será una zona de rucking. Este es un ejemplo del uso de carriles en consonancia con el Principio de Continuidad.


Planes de Juegos basados en la Posición de los Oponentes

Los reinicios del juego en scrums y lineouts agrupan más de la mitad de los jugadores en un angosto carril. Entonces después de un scrum, el equipo en defensa, tendrá a los forwards y al #9 en un carril relativamente angosto. En los lineouts el carril es ocupado por sus forwards, el #9 y #11 o #14.

Una vez que el juego se encuentra pasando los rucks y mauls crear la misma situación, probablemente con menos jugadores. Sin embargo la situación sigue siendo la misma.

Por causa del agrupamiento de los oponentes el Plan de Juego de ataque será el de mover la pelota a lo ancho lejos de la congestión para poder atacar.

Una vez que el juego haya pasado la defensa, se habrá desparramado reduciendo las oportunidades de avanzar moviendo la pelota a lo ancho. Bajo esta circunstancias el Plan de Juego de ataque será el de re-crear el espacio que se utilizó avanzando en masa, es decir, ruck o maul. El objetivo será ya sea penetrar y marcar o arrastrar a los oponentes al carril angosto para que se cree espacio y la pelota pueda moverse a lo ancho para avanzar nuevamente.

Este es un Plan de Juego basado en la posición del equipo oponente en conjunto.

Además de esto, se puede explotar la posición de miembros de un equipo oponente para crear oportunidades de ataque dentro de cada uno de los Principios del Juego de ataque.

Ejemplos de esto son:

1. El posicionamiento del wing del lado ciego en una formación fija (Avance)
2. El patrón de defensa de la oposición en formaciones fijas y en el juego de segunda fase (Avance/Apoyo).
3. El posicionamiento de los #11, #14 y #15 defensores en las formaciones fijas (Avance)
4. El posicionamiento de los forwards oponentes en lineouts (Ganar Posesión)
5. El posicionamiento de jugadores defensores oponentes en el juego de segunda fase (Apoyo/Continuidad)
6. El posicionamiento de jugadores defensores oponentes cuando se mueven de izquierda a derecha después de scrums (Avance).